Pide la tarjeta

Lo primero es pedir tu tarjeta. Es lo único fácil del proceso. Se puede hacer por teléfono, de manera presencial o por internet.

Recomiendo hacerlo por internet. Los ejecutivos que atienden por teléfono no saben nada y en las sucursales son súper lentos.

Debes leer el contrato (sí, es un poco largo, pero en lo personal no me arriesgo a poner mi plata en el banco sin conocer antes las condiciones), luego llenas el formulario y debes tener tu carnet de identidad a la mano, porque te pedirá un número que sale ahí.

Una vez completado y enviado el formulario, te sientas a esperar que llegue la tarjeta a tu casa.

En realidad, puedes esperar acostado, la mía se demoró como 3 meses en llegar, reclamos mediante. No sé si lo que diré a continuación fue una casualidad, pero lo cuento por si a alguien le sirve: como la tarjeta no llegaba nunca, llamé por teléfono, atiende una grabadora, pide ingresar el rut y la clave telefónica (que uno la crea al llenar el formulario para pedir la tarjeta), e inmediatamente el sistema solicita cambiar la contraseña (todavía me pregunto para qué, pero bueno, inventar sobre la marcha). A los dos días de hacer eso por teléfono, tenía la tarjeta en mi casa. ¿Casualidad? No lo sé, pero si no te llega, llama por teléfono.

Recomiendo tener lápiz y papel para ir anotando las claves, son varias y tuve la mala suerte de olvidarlas, con el consiguiente desagrado de tener que ir a la sucursal a pedir una nueva.

Paso 2: Activa la tarjeta